El ataque comenzó alrededor de las…
hora local en... Dos guardias fueron asesinados en la entrada principal de… Los
tiradores se encerraron… y más tarde irrumpieron… 20 jóvenes fueron rescatados por
soldados, incluyendo a Collins W., quien relató la presencia de al menos cinco
hombres armados y enmascarados, que asesinaron a los cristianos de inmediato.
Michael B., que huyó, dijo que vio una niña cubrirse de sangre para evitar ser
asesinada.
Policías y soldados rodearon y
acordonaron… El saldo final de esta masacre fue de… muertos y numerosos heridos.
El portavoz de los atacantes,
vinculados con Al Qaeda, indicó que el objetivo del ataque era matar a los que
estaban en contra del Islam, y afirmaron que los insurgentes habían liberado a
todos los musulmanes, mientras que celebró el asesinato y secuestro de los
cristianos.
La fuerza de defensa de… y otras
agencias de seguridad de… fueron desplegadas. El gobierno identificó
a…, conocido como…, como el actor
intelectual del ataque.
En respuesta a la
masacre, la aviación bombardeó campos de… en…,
situados en la región de…, al …
de…
Los puntos suspensivos podrían
ser rellenados con las palabras París y Francia, y los lugares por Stade de France, La Belle Équipe, Sala Bataclan, y el horario,
entre las 21:20 y las 21:25, donde y cuando los yihadistas de ISIS mataron a más
de 129 personas e hirieron gravemente a muchos más. El sitio que la fuerza
aérea atacó podría ser Al Raqqa, al noroeste de Siria, lugar donde entrenan las
fuerzas del grupo atacante ISIS. Y la fecha, el viernes 13 de noviembre de
2015. Esas muertes representan un puñal clavado en nuestros corazones.
Pero no. Es la
historia de un ataque, también de un grupo yihadista, denominado Al Shabab, no a un estadio, ni a bares, ni a salas de conciertos en la
noche de París, la ciudad luz; sino a un colegio universitario en la madrugada
en Garissa, un faro en la tierra de NEP, acrónimo de Nada, Excepto Problemas…
No en Francia, el país acogedor en la Unión Europea, sino en Kenya, en las
proximidades del campo de refugiados de Dadaab, el más grande del mundo, donde
viven más de 300.000 somalíes.
En Garissa, que mereció ser llamada la
ciudad más segura del centro y este de África. Y ocurrió no hace mucho. Pero
ocurrió. El 2 de abril de este mismo año. En este mismo planeta. Se produjeron
147 muertes y muchos heridos. Todo aquel que no supo recitar el Corán fue asesinado.
Se enfocaron en un Colegio
Universitario, fundado en 2011, una de las 22 universidades públicas de Kenya y la única de la provincia Nororiental.
Ofrece carreras de Educación, Ciencias de la Información, Artes y Ciencias Sociales.
En una ciudad de alrededor de 120.000
habitantes, la proporción de muertes fue de casi 20 veces más que la de la
matanza de París. Y la mayoría eran estudiantes universitarios cristianos. Nada
que debamos olvidar.
No es que no se publicara. Estoy
escribiendo esto porque rescato la información de las noticias. Pero tenemos la
memoria frágil. Y como alguien publicó oportunamente, estamos ante una amenaza global que no produce un
dolor global. Los muertos de Kenya no parecieran
ser nuestros muertos pese a que los terroristas sean los mismos. Nadie fue a
manifestarse allí, nadie
convocó una cumbre, no hubo titulares a cinco columnas.
Al Shabab es un grupo terrorista que se
adhirió formalmente a Al Qaeda en el 2012 y lucha para instaurar un Estado
islámico de corte wahabí en Somalia, y que recuerda periódicamente mantendrá “la
guerra” con Kenya mientras dure la presencia de tropas kenianas en territorio
somalí.
Es necesario aclarar que étnicamente,
el pueblo somalí prevalece en todo el Cuerno de África, incluyendo la provincia
de Nororiental de Kenya, de la cual Garissa es capital.
La fama que había alcanzado Garissa como
ciudad segura no fue gratuita. Se logró gracias al reconocimiento de la dinámica
y causas de la inseguridad en la región, trabajando estrechamente con los clanes
y los ancianos religiosos, evitando así incurrir en errores.
Poco a poco, esa extraña y pobrísima
región, con un campo de refugiados tan poblado que ocupa el tercer lugar entre
las ciudades del país, dejó de ser una región de Nada, Excepto Problemas, para
ser un ejemplo.
Y a 5 kilómetros al sur de Garissa, hay
un hogar para la fauna en peligro de extinción, como la jirafa Rothschild, con sus 5 cuernos y sus medias
blancas, y gacelas, antílopes y otros fabulosos animales. Tesoros tan grandes como algunos que guarda el Louvre.
Entre París y
Garissa hay unos 6.600 kilómetros, 225 días entre el 2/4 y el 13/11, y una
inmensa distancia emocional entre ambos eventos. Sin embargo, Garissa no es un
pueblo perdido e inculto en el corazón de África, envuelto en sus propias
contradicciones, ajenas a nuestra cultura.
Francisco llamó a redoblar esfuerzos con el fin
de trabajar con todos los hombres y mujeres de Kenya para poner fin a esta
violencia y saludar la luz de una nueva era de fraternidad, justicia y paz. Tal
vez debiéramos decir del mundo. Empezando por África
Referencias
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