Lo dijo Mandela en su discurso de
asunción a la Presidencia de Sudáfrica, en 1994 después de las primeras
elecciones en las que votaban negros y blancos. Las palabras de un hombre que
no ignoraba en absoluto el significado de “arma”. Él mismo, que había sido
defensor de los derechos de los negros en un país africano con supremacía
blanca, también dijo “cuando decidimos
tomar las armas fue porque la única opción restante era rendirse y someterse a
la esclavitud”.
África no es un continente que se
distinga por el nivel de educación de sus niños. Los mapas que se muestran a continuación,
están elaborados en informes para el Banco Mundial, período 2010-2014, y muestran, el primero, la tasa neta de
matrícula en educación primaria. Corresponde a la proporción entre el número de
estudiantes en edad de cursar educación primaria, matriculados en dicho nivel
de educación, y la población total en edad de cursar educación primaria.
El segundo mapa muestra la transición de
educación primaria a educación secundaria en mujeres. Corresponde al número
total de niñas que ingresan por primera vez al primer grado de educación
secundaria en un año determinado, expresado como porcentaje del número de
alumnas matriculadas en el último año de educación primaria el año anterior.
Puede
verse, que hay países que no proporcionan información, países que tienen muy
bajo ingreso al nivel primario y alto nivel de ingreso en el nivel secundario.
Información poco consistente. Una falla importante referida a un área
trascendental. También decía Mandela: “La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través
de la educación como la hija de un campesino puede convertirse en médico, el
hijo de un minero puede convertirse en el jefe de la mina, o el hijo de trabajadores
agrícolas puede llegar a ser presidente de una gran nación”.
Pero hay muchos obstáculos para la materialización de este sueño: los
mismos niños están siendo usados como soldados: Ellos
comentan cómo su mente fue modificada para matar, primero viendo como atacaban
a su madre y luego haber comido pólvora con algún tipo de droga lo cual “cambió su mente a matar”. Hay quien
cuenta que le vendaron los ojos y lo obligaron a disparar, esa situación no le
permitió dormir varios días y luego se adaptó. Los niños no pueden hablar entre
ellos, ya que se considera que se encuentran conspirando, contra uno u otro
bando. Finalmente los reclutan y los entrenan para combatir desde pequeños y
que crezcan con odio hacia los otros. Ellos consideran que estos grupos
utilizan niños soldados ya que son más valiosos: sus mentes son fáciles de
moldear, no tienen voluntad, desconocen normas y jerarquías, así que pueden ser
utilizados para realizar cualquier trabajo.
No siempre el reclutamiento fue forzoso. Los problemas de pobreza, la falta de acceso a la educación
o capacitación, la discriminación y vulnerabilidad, provoca que los niños sean
un blanco fácil para el reclutamiento en grupos armados. Los que son huérfanos,
viven solos o en un ambiente familiar complicado, lo ven como una solución a
sus problemas, y participar en un grupo armado parece más seguro que hacer
frente a sus dificultades. Además, la venganza, la identidad en una comunidad y
la ideología también pueden tener influencia.
Algunos pueden ser recuperados, pero el hecho de haber sido
ellos mismos un arma no se borra de su mente jamás: “Cada
vez pienso menos en que maté e hice el mal. [...] Ya no sueño con los combates
y quiero olvidarme de ellos. Si estallase una nueva guerra, huiría del país lo
antes posible. Aún sé manejar un arma, pero espero no tener que usarla jamás.”
Tal
vez hay una razón más para que el mapa muestre 0% de niñas que pasan a la
secundaria en Nigeria. Nigeria es el campo de batalla de Boko Haram –la pretenciosidad
es anatema o la educación occidental es pecado- un grupo terrorista
fundamentalista islámico. Su campo de acción está en el norte de Nigeria pero
planean establecer sus normas en toda Nigeria.
En una visión general, en la lucha
contra la pobreza, las mujeres y las niñas africanas son la población más
afectada, con menos herramientas y oportunidades para escapar de la pobreza. No importa la forma en que se mire -
social, económica, jurídica - las niñas y las mujeres en los países más pobres
reciben un trato injusto: a las
niñas se les niega la educación o se las obliga a contraer matrimonio; la madre
corre el riesgo de muerte cuando da a luz, o si es agricultora está impedida de
ser dueña de la tierra que trabaja. Ser mujer
y analfabeta es lo más frecuente y la peor mezcla posible en África.
Kofi
Annan, que fue Secretario de las Naciones Unidas dijo: “La alfabetización es un puente de la miseria a la esperanza. La
alfabetización es, finalmente, el camino hacia el progreso humano y el medio a
través del cual cada hombre, mujer y niño puede alcanzar su potencial.”
Distintas palabras para
expresar la misma esperanza que Jorge Luis Borges resumió a su manera: “Siempre
imaginaba que el paraíso sería una biblioteca”.
Yo imagino que el paraíso
debe estar en África.
Referencias
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