sábado, 11 de julio de 2015

Como el o’api


El okapi es hermoso y extraño. Exótico, como todo lo que hay en África. El primero en tener idea de que existía fue Sir Harry Stanley, periodista devenido en explorador en la búsqueda del Dr. Livingstone. Pero le dejó el encargo de las pruebas materiales a Sir Harry Johnston. Fueron los pigmeos, los que le mostraron los indicios de su existencia. Porque ver un o’api –como lo llamaban- en la floresta del Zaire era, aun para ellos, un milagro. Hay que decir que el cometido se cumplió pero ni él, ni los numerosos cazadores ansiosos de atrapar tan escurridizo espécimen lograron tener ante sus ojos un ejemplar vivo.



Ahora apropiadamente estudiado, sabemos que es pariente de las jirafas, aunque tiene de todo un poco. Por la forma de su cuerpo es como una jirafa de patas y cuello muy cortos, de pelo rojizo en todo el cuerpo salvo en patas y glúteos, donde es blanco con rayas negras, semejante a una cebra. Como ellas, tiene unos cuernos pequeños recubiertos de pelo en la cabeza y una larga lengua prensil de color negro que usa para alimentarse de hojas de arbustos y árboles bajos. Mide unos 2 metros de longitud y su altura a la cruz puede ser casi 1,80 metros. Vive en las inextricables selvas surcadas por los ríos Uelle, Ituri y Aruwimi. Tal vez la mejor imagen que se pueda tener de él son sus cuartos traseros rayados mientras, después de habernos mirado con sus ojos suaves, se interna en la selva.
Y viene a cuento hablar de este casi fabuloso animal, para hacer evidente lo imposible de penetrar en el corazón de África y controlar lo que allí ocurre. Porque durante mucho tiempo se lo creyó extinguido, tras estériles esfuerzos de cazadores intentando atraparlo. Y justo entonces, se lo divisa en una reserva natural, muy distante de su área de distribución original.
Cuando decimos que queremos erradicar la poliomielitis, o mejor aún, que hemos erradicado la viruela, me asalta esa figura de nuestra incapacidad de aprehender la profundidad del problema de la vida en África. Un continente que tiene 46 países miembros de la OMS, 42 de los cuales no tienen registros de defunciones. Cómo tener registros de defunciones, ocurridas en un territorio impenetrable, sembrado de aldeas donde viven diez o menos familias, muchas veces nómadas, de tal manera que su movilidad nos impide seguirlos, y podemos tener la sorpresa de encontrarlos a decenas, cientos de kilómetros del sitio donde imaginamos que están asentados. Como el o’api.
Sabemos que la erradicación de la viruela en 1980 fue un gran esfuerzo internacional con una estrategia específica. Y hasta ahora parece que lo hemos logrado, salvo algunos virus que se escaparon de laboratorios en los que no debían estar. Pero, claro, ahí agazapada en esa mismo territorio impenetrable, donde ni siquiera sabemos qué muertes ocurren, está la viruela símica, una zoonosis conocida desde 1970 y que sigue presentando brotes epidémicos. Erradicación significa, en términos epidemiológicos, la total eliminación de todo reservorio posible del agente que produce una enfermedad. Por eso hace 31 años que no se aplica la vacuna antivariólica. Pero sigue habiendo una clase de viruela, que comparten animales y seres humanos en el corazón de África. El mismo lugar desde donde salió la viruela que nos ocupó porque causó epidemias en el mundo civilizado, porque mató a reyes e hijos de reyes y a millones de personas.
Con la poliomielitis, sin embargo, no logramos pronunciar la palabra erradicada. Luchamos contra esa terrible enfermedad, de la que están libres quienes tienen acceso a servicios básicos de salud. Pero que se empecina en persistir: según la OMS, la hemos vencido en un 99%. Uno de los países que no logró eliminarla es Nigeria. El fracaso de la erradicación de la polio podría ocasionar en todo el mundo hasta 200 000 casos nuevos al año en un periodo de 10 años. Aunque estamos casi a un paso de erradicarla. Pero todavía no.
Finalizando el año 2014, la iniciativa de erradicación de la polio muestra que en Nigeria hay una situación de endemia, es decir, que el virus está instalado produciendo casos esperados, el último conocido, en julio de 2014. Pero en Camerún y Somalía hay brotes epidémicos. Es decir un aumento por encima de lo esperado.
Una pequeña muestra de lo que ocurre mientras tanto: en junio, Brasil notificó la detección de poliovirus en una muestra de aguas residuales obtenida en un Aeropuerto Internacional. La secuenciación génica indicó que el virus está estrechamente relacionado con el que circula en Guinea Ecuatorial, donde se notificaron en ese año 4 casos relacionados con un brote registrado en Camerún.
En Brasil, nadie tuvo polio. Este caso de importación registrado en el Brasil demuestra que ninguna región del mundo está a salvo del riesgo de exposición a poliovirus hasta que se haya logrado erradicar por completo la poliomielitis en todo el mundo.
Brasil, país con 43,1% de pardos y 95% de cobertura contra la polio. Y tiene capital.



Referencias:http://es.wikipedia.org/wiki/David_Livingstone
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/livingstone.htm
http://ikuska.com/Africa/Etnologia/Pueblos/Aka/index.htm
http://www.minorityrights.org/6736/democratic-republic-of-the-congo/repblica-democrtica-del-congo-espaol.html
http://bakongopeople.weebly.com/history.html
http://www.blackherbals.com/bakongo_nation_crystal_mountain_congo.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Okapia_johnstoni
http://video.nationalgeographic.com/video/okapi
http://www.okapiconservation.org/
http://www.medioambiente.net/wp-content/uploads/Karen2.jpg
http://rotativo.com.mx/noticias/internacionales/363415-el-congo-imagen-viva-de-una-contradiccion
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs161/es/
http://www.who.int/csr/don/2014_6_25_polio/es/
http://www.infobae.com/2014/06/25/1575762-la-oms-encuentra-virus-polio-aguas-residuales-brasil
http://es.wikipedia.org/wiki/Brasil#Demograf.C3.ADa













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